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El día que mi carro desapareció: Un pequeño relato

Foto del escritor: Clara TorresClara Torres

La culpa de mamá no es broma, y vaya que recientemente sentí cómo me golpeaba en la cara. Todo comenzó en un día ocupado cuando estaba equilibrando mi papel como mamá, creadora de contenido y mujer de negocios en ciernes.


Tenía una reunión programada con mi gerente de marketing para idear algunas ideas nuevas de contenido. Me encanta crear contenido, es mi pasión y mi forma de apoyar a otras mujeres ambiciosas y mamás. Así que, a pesar del caos de la maternidad, reorganicé mi horario para asegurarme de no perder esta importante reunión.


En este día en particular, estaba triunfando en el juego de mamá. Mis hijos estaban felizmente en su escuela de aprendizaje basado en el juego, y logré dejarlos a tiempo antes de dirigirme a mi reunión. Todo iba bien hasta que no lo fue.


Al salir apresuradamente de mi reunión, lista para recoger a mis hijos de la escuela, me encontré con una sensación de hundimiento en el estómago. Mi carro había desaparecido. Se había esfumado. Desapareció en el aire. El pánico se apoderó de mí cuando me di cuenta de que estaba varada sin transporte.


Llamé a la escuela para informarles mi problema y a mi esposo para que viniera al rescate. Las lágrimas llenaron mis ojos mientras me preocupaba que mis hijos estuvieran varados sin mí. Pero en medio del caos, me comuniqué con mi gerente de marketing en busca de apoyo. Juntos, nos apresuramos a descubrir qué le había sucedido a mi carro.


Después de lo que pareció una eternidad de pánico e incertidumbre, descubrimos que mi carro había sido robado. Mi corazón se hundió aún más. ¿Cómo podía alguien hacer esto mientras yo solo estaba ocupada con mis asuntos?


A pesar del estrés y la culpa que pesaban sobre mis hombros, sabía que tenía que mantenerme fuerte por mis hijos. Con la ayuda de la tecnología, mi esposo y la policía, logramos rastrear mi carro y reunirme con mi preciosa carga: mis hijos y sus asientos de auto.


En ese momento de caos e incertidumbre, me di cuenta de que no podía dejar que la culpa me consumiera. La vida nos presenta desafíos inesperados, pero es cómo los enfrentamos lo que nos define. Me niego a dejar que la culpa de mamá me detenga en la búsqueda de mis metas y sueños.


Si eres una mamá que lucha con la culpa de mamá mientras intenta alcanzar tus objetivos, sabe que no estás sola. Mantente conectada conmigo suscribiéndote a mi boletín y comparte esta publicación con una mamá que necesite un poco de inspiración. Juntas, navegaremos por los altibajos de la maternidad y perseguiremos nuestros sueños sin remordimientos.


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