top of page

Placer a las Personas en la Era Moderna: Cómo Ayudar a los Demás y Ser Amable Contigo Misma en el Proceso

Writer's picture: Clara TorresClara Torres

Si eres una mujer ambiciosa, ya tienes lo necesario para tener éxito (y probablemente lo sabes también). Pero hay algunos desafíos únicos que persisten obstinadamente en muchas de nosotras, y uno de ellos es enfrentar el reto de complacer a los demás. Puede ser evidente, puede ser sutil, y puede surgir incluso si has estado estableciendo límites durante años. Si alguna vez te has preguntado: “¿Cómo puedo ser una fuerza genuina y altruista para el bien sin sacrificarme en el proceso?”, esta guía te ayudará a aprender cómo ayudar a los demás desde un lugar de bondad auténtica, sin abandonarte a ti misma.


Entendiendo el Placer de Complacer a los Demás en el Mundo Moderno


Entonces, ¿por qué eres una persona que complace a los demás? Porque, en algún momento, fue una habilidad de afrontamiento necesaria para tu bienestar. Todos los comportamientos "negativos" se desarrollaron por una razón: en última instancia, están ahí para intentar (énfasis en “intentar”) protegerte. ¡Pero buenas noticias! Ya no necesitas ese hábito protector obsoleto. Cumplió su propósito, pero ahora hay maneras más saludables de proteger tu energía.


Eso es más fácil decirlo que hacerlo. Todavía te sientes atrapada en un ciclo, obligada a ayudar a los demás a costa de ti misma y de tus mejores intereses. En el ámbito profesional, quizás se esperaba que fueras una cuidadora, una máquina desinteresada o una “jugadora de equipo” para un equipo que no haría lo mismo por ti. Es muy común, especialmente en las mujeres, ayudar a otros por obligación o para mantener cierta imagen o estándar personal. Puede que ni siquiera te des cuenta de que lo estás haciendo. Hay una forma de lograr estas cosas de manera sostenible.


Reconociendo Comportamientos Ocultos de Complacer a los Demás

¿Cuáles son algunos signos de complacer a las personas, especialmente en las mujeres?


  • Aceptar compromisos cuando no tienes tiempo.

  • Suavizar tus límites para evitar conflictos.

  • Sentir resentimiento al ayudar a alguien.

  • Preocuparte por ser aceptada o querida.

  • Camuflar tus opiniones.


Esto podría parecer miedo a tomarte un día libre cuando estás enferma o decir constantemente: “Encontraré un hueco para hacerlo”. Podría ser cargar con el trabajo de otros sin ser reconocida o compensada por tus esfuerzos. También podría ser decir “sí” a ayudar a alguien después de que ya dijiste o insinuaste un “no”. Incluso podría parecer intentar ayudar a alguien después de que ellos te dijeron “no” a ti. También podría ser explicarte en exceso, disculparte demasiado o sentir que necesitas ser un camaleón en todas las situaciones, temiendo estar en desacuerdo con las personas a tu alrededor. También puede parecer ayudar a alguien que te está agotando.


Pasos para Ser Altruista Sin Agotamiento


Establecer límites es un ajuste, especialmente cuando lo que más deseas es que las personas a tu alrededor sean felices. Digamos que estás empezando a establecer límites saludables para ti misma. Una vez que te acostumbres a decir “no”, encontrarás más tiempo para decir “sí” a las cosas correctas en los momentos adecuados. Después de todo, evolucionamos para ser seres sociales, y por eso la humanidad ha prosperado. El altruismo literalmente está en nuestro ADN. Pero con demasiada frecuencia olvidamos esto en el afán de ser independientes.


Entonces, ¿qué debemos recordar al ayudar a otros?

  1. Hacer cosas por bondad es diferente a hacerlas por miedo a no ser querida. Esto no te hace sentir bien a ti ni a los demás, ya que las personas perciben cuando son tratadas como una obligación.

  2. Sorprender a alguien con ayuda puede ser agradable, pero no siempre. Pregunta qué necesitan, no supongas que sabes lo mejor. Esto muestra consideración y no disminuye tu esfuerzo.

  3. La bondad no tiene que costar nada. Si tienes los medios pero no el tiempo, contratar a alguien para ayudar también es genuino y útil.

  4. Reserva tiempo para ayudar a las personas. Participar en voluntariado a través de organizaciones con pautas establecidas puede evitar que te sobrecargues.

  5. Recuerda que, para ayudar a otros, ellos deben estar dispuestos a aceptar ayuda. Vivimos en comunidad, lo que significa que, a veces, será tu turno de recibir ayuda.


Finalmente, no ayudes hasta el punto de agotarte. Encuentra un estilo que funcione para ti, ya sea un enfoque lento y constante o ráfagas cortas de esfuerzo. Adáptate si tu estilo cambia con el tiempo.


Construyendo Límites con Amabilidad


Es importante establecer límites en cuanto a tu energía, tiempo y emociones. Aprender dónde están tus límites personales llevará tiempo. Al principio, es probable que sobreestimes o subestimes cuánta energía puedes dar. También experimentarás con la forma de establecer esos límites. Es como un péndulo que eventualmente encontrará su equilibrio; a veces te inclinarás demasiado hacia un lado, pero con el tiempo te estabilizarás. Si estás en esta etapa, ten paciencia contigo misma, sé comprensiva y dispuesta a aprender de tus experiencias.


Ejemplos para Establecer y Comunicar Límites

Usa declaraciones en primera persona (“yo”) para expresar tus límites de manera clara y amable:


  1. Si tienes un límite de tiempo concreto:“No estoy disponible de (hora) a (hora). Con gusto te ayudaré fuera de esos horarios.”No tengas miedo de incluir tiempo adicional si lo necesitas, incluso si técnicamente podrías hacer un esfuerzo extra. No dobles tus límites.

  2. Si te sientes abrumada sin un límite de tiempo claro:“Estoy al máximo de mi capacidad en este momento, pero puedo revisar esto más adelante, en (fecha específica).”

  3. Si alguien pide ayuda en algo que no haces:“Eso no es mi área de experiencia, pero puedo ofrecer (otro servicio específico).”No es tu responsabilidad encontrar una solución alternativa para la persona que lo pide, a menos que hacerlo no te cause un problema. Lo más probable es que esa persona también sea ingeniosa y pueda encontrar sus propias soluciones.

  4. Si alguien hace una solicitud con la que no te sientes cómoda:“No me siento cómoda con esa petición.”No necesitas explicar nada más al principio. Tus palabras son suficientes.

  5. Si un jefe u otra figura de autoridad te asigna más de lo que puedes manejar:“Priorizaré esto. ¿Qué proyecto debería ser reasignado o pospuesto para que esto se haga?”


Recuerda:

Es posible que encuentres resistencia. Si alguien está acostumbrado a aprovecharse de tu amabilidad, habrá un período de ajuste para ambas partes. Sin embargo, mantenerte firme y positiva te ganará más respeto a largo plazo.

Establecer límites con amabilidad no solo protege tu energía, sino que también mejora tus relaciones y te permite ser más auténtica y efectiva al ayudar a los demás.


Encontrando Alegría en Dar Sin Obligación

Ahora que estás estableciendo límites, ¡estás lista para retribuir! Pero, ¿cómo encuentras alegría al dar sin sentir obligación? Identifica actividades que realmente te brinden alegría, en lugar de aquellas que realizas por deber.


  • Comienza poco a poco. Encuentra causas o grupos que quieras apoyar y magnificar, ya sea financieramente o con tu tiempo y habilidades. Pregúntate: “¿Quién soy? ¿Cuáles son mis valores?” Si tienes varias pasiones pero recursos limitados, puedes apoyar diferentes causas en distintos momentos.

  • Evita la trampa emocional de sentir que no haces lo suficiente. No compares tus contribuciones con las de personas que tienen más recursos, tiempo o capacidad. Cada uno es diferente, y la vida nos trata de maneras únicas. Si hay algo en tu vida que te impide retribuir o hacer el bien, aborda ese aspecto primero. Todos hemos escuchado la analogía de la mascarilla de oxígeno: a veces debemos ayudarnos a nosotros mismos antes de ayudar a otros. Las cosas pueden ser así por ahora, pero eso no significa que será así para siempre.

  • Supera los inconvenientes al ayudar. Si algo te impide ayudar, puede ser una señal de que necesitas dar un paso atrás, pero no necesariamente abandonar la idea. Prográmalo y es más probable que lo cumplas. Si puedes involucrar a un amigo, ¡hazlo! Ese apoyo hará que sea más fácil ayudar a los demás.

  • Recompénsate. Si eres del tipo de persona que se desanima sin resultados inmediatos, consiéntete con un pequeño premio cuando contribuyas. Esto te animará mientras esperas el impacto de tus esfuerzos. Incluso si una causa es seria, eso no significa que no puedas experimentar satisfacción o alegría, especialmente en comunidad.

  • Sueña en grande, pero con un plan. Si eventualmente deseas liderar tu propia causa, no te apresures sin un plan. Esto puede desanimarte si no tienes la capacidad para hacerlo ahora mismo. Comienza como voluntaria en otras causas para ganar experiencia y aprender cómo maximizar tus esfuerzos.


Es posible ayudar a los demás sin perderte en el proceso. Tú también mereces bondad. Dar desde un lugar de bienestar es más sostenible y, al final, beneficia a todos, incluyéndote a ti misma.


3 views0 comments

Comentários


bottom of page